Enzo Maqueira (Buenos Aires, 1977), escritor, editor, músico y profesor universitario y conductor del programa de radio Guardia con la joven. Autor de Historias de putas, Ruda macho y El impostor, el ensayo Julio Cortázar, El perseguidor de la libertad; y la biografía Cortázar, de cronopios y compromisos.
1. ¿Qué vamos a encontrar en El impostor?
El impostor es un relato existencialista en una Buenos Aires sembrada de vicios, donde el protagonista escapa del asesinato involuntario de una mujer y, a medida que huye, repasa su experiencia con el sexo opuesto e intenta encontrar explicación a lo dificultosa que se le hace la tarea de vincularse con las mujeres y con él mismo. Tiene bastante de policial de la nouvelle vague, de Sartre y de road movie. Como buen relato postmoderno, hay mucho de cultura popular y una presencia tácita de la violencia.
2. ¿Qué significa Cortázar para ti?
Es un amigo y un maestro. Si bien no busco copiarlo ni escribo concientemente como él, estoy seguro de que haberlo leído tanto y tenerle tanta admiración debe influir en mi escritura. Y no sólo me dio enseñanzas literarias. Tengo un dibujo con su cara en una pared de mi habitación; muchas veces, ante momentos de duda, miro el dibujo y trato de buscar alguna respuesta en el modo en que me mira. Juro que a veces sonríe. Otras veces —la mayoría— hace una mueca de disgusto que me obliga a enderezar el camino. Cortázar también significa reivindicar la literatura latinoamericana de los sesenta y setenta, —tanto estéticamente como en relación a un compromiso político con su tiempo—, un corpus que leí muchísimo y que muchos quisieron desdeñar, sin éxito.
3. ¿Escribes por necesidad o por vicio?
Supongo que es lo mismo. Los vicios son una necesidad y las necesidades, en algún punto, son un vicio. Escribo porque es una de las actividades que me hacen sentir más feliz. Disfruto muchísimo al escribir, al corregir, al hablar de literatura, al emborracharme con otro escritor y, por supuesto, al leer. No disfruto tanto leyendo lo que ya publiqué. Eso ya es masoquismo.
4. ¿Eres un escritor que crea de fuera hacia dentro, un Hemingway, un Fitzgerald? ¿O por el contrario escribes de dentro hacia fuera, y estás más cerca de un Borges o un Kafka?
Creo que tengo un poco de los dos, aunque no estoy muy seguro de que se pueda hacer una división tal. Estoy convencidísimo de que las experiencias de vida sirven para escribir, pero también que la escritura es un modo de liberar pensamientos, ideas, emociones, demonios, perversiones y demás porquerías que uno tiene en la cabeza. Creo que todos los escritores trabajan desde ambos lugares, aunque a veces el artificio es tal que perdemos de vista el origen de sus historias.
5. ¿Cómo surge la editorial Outsider?
Yo trabajaba en una editorial. Mi ahora socia, Valeria Iglesias, organizaba un ciclo de lecturas que se llamaba Outsider, donde integraba a un escritor con alguien que escribiera pero que no perteneciera al mundillo de la literatura. Un día me invitó a leer. En la reunión previa me preguntó si la editorial donde yo trabajaba podía publicar un libro con los textos que se habían leído en su ciclo. Le dijo que a ellos no les iba a interesar, porque era una editorial con otro perfil, pero que podíamos tener nuestra propia editorial. Después conseguimos un subsidio para empezar, le dimos forma a la idea de llevar el espíritu del ciclo al papel y en poco más de un año teníamos nuestros primeros libros en la calle.
6. ¿En qué andas metido actualmente?
Tengo una novela esperando por su tercera corrección. Mientras tanto, me estoy dedicando a escribir cuentos. En el último tiempo estaba muy metido en la novela y sentía que tenía una deuda de calidad con el cuento. Estoy intentando saldar esa deuda.
7. ¿Enzo Maqueira que tanto ha escrito sobre Cortázar, qué opina acerca de Borges?
Me encanta Borges como escritor, pero —a diferencia de Cortázar— no lo siento cercano. A Cortázar le podés decir "Julio"; con Borges siempre hay mayor distancia. Como soy bastante sentimental, si tuviera que elegir a alguno de los dos elegiría a Julio. Pero me dolería tanto no leer Ficciones, El Aleph, Otras inquisiciones o escucharlo decir "Caramba" y hacerse el boludo cuando le preguntan por el proceso militar...
8. ¿Alguna liturgia concreta a la hora de crear? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?
Nada fijo. Cada nuevo proyecto se va construyendo su tiempos, sus ritos y demás de acuerdo a algo que no manejo yo, sino que deciden entre el texto y mi inconsciente. Escribí Ruda macho de noche, durante un año y medio, con muchas interrupciones; la novela que tengo que corregir encontró su momento a la mañana, durante dos años, con té verde y muy obsesionado con hacerlo todos los días. El impostor también fue de noche, pero en seis meses y siguiendo aquel consejo de Hemingway sobre escribir borracho y corregir sobrio. Aunque no estaba borracho exactamente. Historias de putas fue de tarde, mientras escribía otras cosas. Los cuentos salen cuando ya no los puedo contener. No puedo ajustarme a una rutina durante demasiado tiempo, ni crear un texto luminoso en medio de la oscuridad. Cada libro tiene sus propias necesidades y yo tengo que crear la atmósfera necesaria para que se desarrolle.
9. ¿Qué libro te habría gustado escribir? Y por qué?
Supongo que Eisejuaz, de Sara Gallardo. Aunque me aleje o me acerque a la estética de esa novela, siempre estoy tratando de escribir algo que ejerza en el lector la misma fascinación que Sara Gallardo ejerció en mí.
10. ¿Qué te inspira?
Escucho algo, veo algo, siento algo y no soy capaz de reaccionar... Me inspira la vida cotidiana, la gente que anda por ahì y te cuenta alguna historia. Me inspira saber que en la literatura puedo cambiar la realidad a mi antojo.
11. ¿Nos recomiendas un blog?
Me gusta mucho el blog
cronicasperiodisticas.wordpress.com Tiene crónicas literarias de América latina, un género que está muy de moda y que está más cerca de la literatura de lo que muchos creen. Es un trabajo muy bien hecho, con notas de los mejores escritores y periodistas del continente. Estudié Comunicación Social, así que el periodismo es un oficio que siempre me llama la atención, pero que sólo me vuelve loco cuando va de la mano con la literatura. Si el periodismo construye una verdad y la literatura busca la verdad, la crónica literaria debe ser lo más confiable que puede decir un papel.